La ciudad de Cluj tiene 380.000 habitantes. Es una ciudad antigua, al menos según los estándares rumanos, documentada a partir del siglo III. La historia de la ciudad refleja los aires siempre cambiantes de la historia de Transilvania. La ciudad perteneció a Hungría, posteriormente a Rumanía, más tarde de nuevo a Hungría, después a Rumanía y así sucesivamente. Hoy, Cluj forma parte de Rumanía y esto parece ser ya un hecho consolidado.
Lo más destacable de la ciudad de Cluj es que alberga aproximadamente 90.000 estudiantes y, por lo tanto, toda la ciudad gira en torno a la educación universitaria. En verano, cuando los estudiantes se van, Cluj se asemeja en algo a una ciudad abandonada del viejo oeste. De todos modos, Cluj es la capital cultural de Transilvania, con teatros, cines, salas de exposición, etc. El Teatro Húngaro es el más apreciado y, desde que cuenta con la dirección del productor Tompa Gabor, el programa es verdaderamente progresista y asombroso. Del mismo modo, la ciudad acoge el TIFF, el festival de cine más importante de Rumanía. El centro cultural “La Fábrica de Pinceles” (Fabrica de Pensule) se fundó en 2009 y es el mayor operador cultural independiente.
Cluj es una ciudad multiétnica. La comunidad húngara cuenta más de 70.000 personas, las cuales generan una parte significativa de la producción cultural de la ciudad. El nacionalismo estuvo especialmente presente en la ciudad durante la época de Funar, el alcalde ultranacionalista de Cluj. Hoy en día, el nacionalismo es más bien reservado y se practica de forma muy poco visible, con una intensidad variable.
La ciudad fue industrializada por la fuerza durante la época comunista. El CUG (la Fábrica de Maquinaria Pesada, ahora extinta) es un ejemplo representativo. Se trasladó masivamente a los habitantes del campo a la ciudad para convertirlos en proletariado, formándose así los barrios de Mănăştur y Mărăşti. La amalgama social de estos dos barrios es única. La mayoría de los trabajadores tienen familiares de primer grado en el campo y existe un auténtico flujo de bienes y servicios entre la ciudad y los pueblos vecinos. Desde que la industria comunista se fue al otro barrio, la ciudad ha vuelto a la prestación de servicios. Los más destacados son los del ámbito de la educación y la medicina, así como los servicios financieros. La tecnología de la información se ha consolidado en los últimos 7 años como un sector próspero.
Los habitantes de Cluj trabajan generalmente en el sector administrativo. Son algo arrogantes (aunque no tanto como los habitantes de otras capitales de provincia) y tienen un agudo sentido crítico para todo (los claxonazos permanentes en el tráfico son un buen ejemplo de ello). Por otra parte, son razonablemente dignos de confianza y sienten respeto por la propiedad privada. Estos rasgos convergen con el espíritu del conjunto de la región.
En Cluj te sientes respetado como ciudadano. La policía hace su trabajo de forma limpia y no intrusiva. Te sientes seguro. Tanto para el que se siente burgués como para el que no, en cualquier caso, Cluj es una ciudad agradable para vivir. En muchos aspectos es verdaderamente rural (Ej.: el comportamiento con los animales de compañía), en otros es razonable (Ej.: la vida social) y en otros tantos es excelente (Ej.: algunos círculos artísticos). ¡Ven y disfruta de su encanto!